Como bien sabemos los últimos años para Ucrania no han sido muy fáciles. Desde el noviembre del 2013 empezó una serie de conflictos políticos, sociales y militares provocados por conflicto entre dos gigantes políticos: Estados Unidos y Rusia.
Cuando el conflicto solo estaba empezando nada predecía que influiría a cada aspecto de la vida de los ucranianos, su situación económica y social. Pero con el paso del tiempo, ya en el 2014, se vio claro que el país está entrando además de la crisis social y política en una grave crisis económica.
Poco a poco en distintas regiones de Ucrania empezaron a cerrarse las empresas, gracias al conflicto militar en varias regiones se dejó de cultivarse la tierra, la gente empezó a preocuparse no por vivir bien sino por sobrevivir día a día.
Está claro que en esta situación la crisis económica caería tarde o temprano, la producción se pararía, las importaciones y exportaciones se expondrían al riesgo político.
Yo en aquel entonces estaba trabajando en una empresa ucraniana de import y export que se dedicaba a la venta de frutas de origen valenciano a Kiev, a una red de supermercados de alta calidad Furshet. Cada semana mandábamos de 4 a 5 camiones mixtos de cítricos: naranjas, mandarinas y limones. La empresa era muy joven, novata en el sector pero parecía que le iba muy bien, hasta estábamos a punto de firmar un nuevo contrato con otra red de supermercados ucranianos, Fozzy, que aumentaría de una manera significante nuestras ventas. Además sería una colaboración a largo tiempo, una situación idónea, por así decirlo, y nada indicaba que esto iba a cambiar. Pero de repente, al principio del año 2014 muchos proveedores nuestros que seguramente tenían mucha más experiencia en el sector que nosotros empezaron a llamarme y a escribirme preguntando si estoy informada de la situación crítica en Ucrania y si seguiríamos comprándoles la fruta. Al principio pensé que todo eso era tontería, que nada iba a cambiarse, bueno, igual vendríamos uno que otro camión menos pero nada más serio. Pero la situación empezó a empeorar. Dada la situación política y la guerra civil que estaba a punto de explotar, la entrada a Ucrania ya no era tan segura, los camiones empezaron a tardar cada vez más tiempo al pasar la aduana en la frontera de Ucrania, el sistema del transporte interno tampoco funcionaba bien, los pagos de nuestros clientes se retrasaban o no nos llegaban directamente porque los bancos ucranianos ya no eran seguros. La cuota de consumo de los ucranianos iba bajándose más y más hasta que ya no había ningún sentido en exportar nada allí. Nuestra empresa se cerró.
¿Cuál es el clima económico actual para la exportación de productos españoles?
Pues, los últimos estudios realizados indican que el riesgo político del país va disminuyendo, lo que permite a los ciudadanos ucranianos volver a construir sus vidas, sus negocios, volver a tener dinero y por lo tanto volver a aumentar su capacidad de compra. Ahora mismo es todavía temprano hablar de exportaciones estables a este país pero sí que se puede estar seguros de que pronto volveremos a vender y igual a mayor escala que antes. Claro, la entrada al país nos costará un poco, además tendremos que competir con nuestro rival principal, Turquía, que ni en este duro tiempo de crisis dejó de vender su fruta a Ucrania. Esto está relacionado con el precio muy bajo de la fruta turca. Pero si no podemos competir en precio sí que somos muy competitivos en calidad. Los productos españoles tienen una calidad y un sabor incomparables y totalmente indiscutibles. Además los ucranianos siempre prefieren los productos de origen europeo ya que en su mente está relacionado con algo exótico, exclusivo y de calidad. Así que solo tenemos que esperar a que crezca su capacidad de compra.
¡Ánimo, exportadores, ya llegara nuestro tiempo!
Fuentes:
www.icex.es
www.plancameral.org
www.camara.es
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| Conflicto ucraniano de 2014 |
Cuando el conflicto solo estaba empezando nada predecía que influiría a cada aspecto de la vida de los ucranianos, su situación económica y social. Pero con el paso del tiempo, ya en el 2014, se vio claro que el país está entrando además de la crisis social y política en una grave crisis económica.
Poco a poco en distintas regiones de Ucrania empezaron a cerrarse las empresas, gracias al conflicto militar en varias regiones se dejó de cultivarse la tierra, la gente empezó a preocuparse no por vivir bien sino por sobrevivir día a día.
Está claro que en esta situación la crisis económica caería tarde o temprano, la producción se pararía, las importaciones y exportaciones se expondrían al riesgo político.
Yo en aquel entonces estaba trabajando en una empresa ucraniana de import y export que se dedicaba a la venta de frutas de origen valenciano a Kiev, a una red de supermercados de alta calidad Furshet. Cada semana mandábamos de 4 a 5 camiones mixtos de cítricos: naranjas, mandarinas y limones. La empresa era muy joven, novata en el sector pero parecía que le iba muy bien, hasta estábamos a punto de firmar un nuevo contrato con otra red de supermercados ucranianos, Fozzy, que aumentaría de una manera significante nuestras ventas. Además sería una colaboración a largo tiempo, una situación idónea, por así decirlo, y nada indicaba que esto iba a cambiar. Pero de repente, al principio del año 2014 muchos proveedores nuestros que seguramente tenían mucha más experiencia en el sector que nosotros empezaron a llamarme y a escribirme preguntando si estoy informada de la situación crítica en Ucrania y si seguiríamos comprándoles la fruta. Al principio pensé que todo eso era tontería, que nada iba a cambiarse, bueno, igual vendríamos uno que otro camión menos pero nada más serio. Pero la situación empezó a empeorar. Dada la situación política y la guerra civil que estaba a punto de explotar, la entrada a Ucrania ya no era tan segura, los camiones empezaron a tardar cada vez más tiempo al pasar la aduana en la frontera de Ucrania, el sistema del transporte interno tampoco funcionaba bien, los pagos de nuestros clientes se retrasaban o no nos llegaban directamente porque los bancos ucranianos ya no eran seguros. La cuota de consumo de los ucranianos iba bajándose más y más hasta que ya no había ningún sentido en exportar nada allí. Nuestra empresa se cerró.
¿Cuál es el clima económico actual para la exportación de productos españoles?
Pues, los últimos estudios realizados indican que el riesgo político del país va disminuyendo, lo que permite a los ciudadanos ucranianos volver a construir sus vidas, sus negocios, volver a tener dinero y por lo tanto volver a aumentar su capacidad de compra. Ahora mismo es todavía temprano hablar de exportaciones estables a este país pero sí que se puede estar seguros de que pronto volveremos a vender y igual a mayor escala que antes. Claro, la entrada al país nos costará un poco, además tendremos que competir con nuestro rival principal, Turquía, que ni en este duro tiempo de crisis dejó de vender su fruta a Ucrania. Esto está relacionado con el precio muy bajo de la fruta turca. Pero si no podemos competir en precio sí que somos muy competitivos en calidad. Los productos españoles tienen una calidad y un sabor incomparables y totalmente indiscutibles. Además los ucranianos siempre prefieren los productos de origen europeo ya que en su mente está relacionado con algo exótico, exclusivo y de calidad. Así que solo tenemos que esperar a que crezca su capacidad de compra.
¡Ánimo, exportadores, ya llegara nuestro tiempo!
Fuentes:
www.icex.es
www.plancameral.org
www.camara.es
www.altonivel.com
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